Naranja
El cultivo de naranja (Citrus sinensis) es una actividad agrícola dedicada a la producción de uno de los cítricos más consumidos en el mundo, valorado por su sabor dulce, alto contenido de vitamina C y múltiples usos industriales. El naranjo es un árbol perenne de la familia Rutaceae, que puede alcanzar entre 6 y 10 metros de altura, con hojas verdes brillantes y frutos tipo hesperidio, compuestos por cáscara rica en aceites esenciales y pulpa segmentada y jugosa.

El cultivo de naranja requiere clima subtropical o mediterráneo, con temperaturas óptimas entre 15 °C y 30 °C y buena amplitud térmica para mejorar calidad del fruto. Es sensible a heladas y necesita suelos franco-arenosos o franco-limosos, profundos, bien drenados y con pH entre 5.5 y 6.5, evitando salinidad y encharcamientos. La precipitación ideal es de 1,000–1,500 mm anuales, complementada con riego por goteo o aspersión, especialmente en floración y cuajado. La nutrición debe incluir N, P y K, junto con micronutrientes como zinc, boro, hierro y manganeso, además de bioinputs como aminoácidos, quelatos y consorcios microbianos. El manejo agronómico contempla espaciamiento de 6–7 m entre árboles, poda para aireación, control de malezas y elección de variedades según destino comercial.
El manejo agronómico contempla espaciamiento de 6–7 m entre árboles, poda para aireación, control de malezas y elección de variedades según destino comercial.
Nitrogeno (N)
Estimula crecimiento vegetativo, brotes y floración
Potasio (K)
Mejora calibre, firmeza, sabor y vida postcosecha del fruto.
Fósforo (P)
Favorece desarrollo radicular, floración y cuajad
Calcio (Ca)
Fortalece tejidos, previene rajado y mejora firmeza del fruto
Magnesio (Mg)
Componente de la clorofila, esencial en fotosíntesis
Zinc (Zn) y Boro (B):
Vitales para floración, cuajado y desarrollo de frutos
Cobre (Cu):
Importante en procesos enzimáticos y defensa vegetal.
Hierro (Fe) y Manganeso (Mn):
Participan en metabolismo energético y síntesis de clorofila









