FRESA
El cultivo de fresa (Fragaria × ananassa) es una práctica agrícola especializada en la producción de una fruta de alto valor comercial y nutricional, reconocida por su sabor dulce, aroma intenso y riqueza en antioxidantes. Pertenece a la familia Rosaceae y se cultiva en sistemas intensivos, semicontrolados o protegidos, tanto en campo abierto como en invernadero.

El cultivo de fresa requiere temperaturas entre 13 °C y 25 °C, humedad relativa moderada (60–80 %) y buena exposición solar, aunque puede beneficiarse de sombra parcial en climas cálidos. Se desarrolla mejor en suelos franco-arenosos o franco-limosos, bien drenados, con pH entre 5.5 y 6.5 y alta materia orgánica. El riego debe ser frecuente y moderado, preferentemente por goteo, evitando encharcamientos que favorecen enfermedades. La fertilización incluye compost antes de la siembra y nutrientes clave durante el cultivo: nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y micronutrientes como hierro, zinc y boro. El manejo agronómico contempla acolchado para conservar humedad y proteger frutos, poda de hojas viejas para mejorar aireación, y control fitosanitario constante contra plagas y enfermedades como ácaros, pulgones, trips, botritis y pudrición de corona.
Fresa Recomendaciones
Recomendaciones Practicas en el cultivo de Fresa
Trasplante y establecimiento: Fósforo (P), Calcio (Ca), Micronutrientes (Fe, Zn, Mn); Estimula raíces, fortalece tejidos, activo metabolismo inicial.
Desarrollo vegetativo: Nitrógeno (N), Magnesio (Mg), Hierro (Fe); Promueve masa foliar, fotosíntesis y brotes reproductivos.
Floración y cuajado: Boro (B), Zinc (Zn), Potasio (K); Mejora fecundación, cuajado y calidad de floración.
Fructificación: Potasio (K), Calcio (Ca), Magnesio (Mg); Aumenta firmeza, sabor, calibre y vida de anaquel.
Mantenimiento productivo: Nitrógeno (N), Potasio (K), Micronutrientes; Sostiene producción continua y calidad de frutos.








